miércoles, 4 de diciembre de 2013

JUEGO DE MEMORIA

Disortografía

La disortografía se conoce como un trastorno de la ortografía que se incluye dentro de los llamados trastornos de la escritura. Se puede definir como " el conjunto de errores de la escritura que afectan a la palabra y no al trazado o grafía." (García Vidal, 1989). Se refiere a la dificultad significativa en la trascripción del código escrito de forma inexacta, es decir, a la presencia de grandes dificultades en la asociación entre el código escrito, las normas ortográficas y la escritura de las palabras. De esta forma las dificultades residen en la asociación entre sonido y grafía o bien en la integración de la normativa ortográfica, o en ambos aspectos.
Dependiendo del proceso deficitario se habla de distintos tipos de disortografías:
1. Disortografía natural: caracterizada por un déficit en el uso de la vía indirecta o fonológica (proceso cognitivo que permite la lectura o escritura de palabras en base a sus componentes mínimos, fonemas o grafemas), por lo que la escritura de palabras de apoya en la utilización de la vía directa o léxica. Afecta al desarrollo fonológico y a las reglas de conversión fonema-grafema. Una adición u omisión de una letra o un cambio de una letra que suponga un cambio de fonema al pronunciar lo escrito se consideran errores de ortografía natural.
2. Disortografía visual: caracterizada por un déficit en el uso de la vía directa (proceso cognitivo que permite la lectura y escritura de forma global gracias a la existencia de imágenes visuales y ortográficas de las mismas), por lo que la escritura debe apoyarse en la vía indirecta. Afecta a las reglas ortográficas. Una omisión u adición de una letra 'h' o un cambio entre 'b' y 'v' se consideran errores de ortografía arbitraria.
3. Disortografía mixta: problema derivado de un deficiente funcionamiento de las dos vías de producción de la palabra escrita, tanto la directa como la indirecta. Por lo que cometen errores tanto de la disortografía natural como visual.


Disgrafía

La disgrafía es una discapacidad de aprendizaje que afecta la escritura, que requiere un complejo conjunto de habilidades de procesamiento motrices y de la información. La disgrafía dificulta el acto de escribir. Puede llevar a problemas con la ortografía, mala caligrafía, y dificultad para poner los pensamientos por escrito. Las personas con disgrafía pueden tener problemas para organizar las letras, números y palabras en un renglón o una página. Esto puede ser causado en parte por:

  • Dificultades óptico-espaciales: 
  • problemas para procesar lo que los ojos ven
  • Dificultad para procesar el lenguaje: 
  • problemas para procesar y dar sentido a lo que los oídos oyen

Al igual que con todas las discapacidades de aprendizaje (DA), la disgrafía es un reto para toda la vida, aunque la forma como se manifiesta puede cambiar con el tiempo. Un alumno con este trastorno puede beneficiarse con modificaciones específicas en el ambiente de aprendizaje. La práctica adicional para aprender las habilidades necesarias para ser un consumado escritor también puede ayudar.

¿Cuáles son las señales de advertencia de la disgrafía?

Sólo tener mala letra no significa que una persona tenga disgrafía. Dado que la disgrafía es un trastorno de procesamiento, las dificultades pueden cambiar a lo largo de toda la vida. Sin embargo, debido a que la escritura es un proceso del desarrollo y los niños aprenden las habilidades motoras necesarias para escribir, mientras aprenden las habilidades de pensamiento necesarias para comunicarse por escrito, es posible que las dificultades también se superpongan.

En los escritores principiantes

  • Toman el lápiz con demasiada fuerza y posicionan el cuerpo de manera extraña
  • Evitan las tareas de escritura o dibujo
  • Problemas para darle forma a las letras
  • Espaciamiento inconsistente entre las letras o palabras
  • Mala comprensión de letras mayúsculas y minúsculas
  • Incapacidad para escribir o dibujar en un renglón o dentro de los márgenes
  • Se cansa rápidamente cuando escribe        

En estudiantes jóvenes

  • Letra ilegible
  • Mezcla de escritura cursiva e imprenta
  • Dice palabras en voz alta mientras escribe
  • Se concentra tanto en la escritura que pierde la comprensión de lo que está escribiendo
  • Dificultad para pensar qué palabras escribir
  • Omite o no acaba las palabras en las frases

En adolescentes y adultos


  • Dificultad para organizar pensamientos por escrito 
  • Dificultad para seguir el hilo de los pensamientos ya escritos
  • Dificultad con la estructura de la sintaxis y la gramática
  • Gran brecha entre las ideas escritas y la comprensión, demostrada a través del habla.

Control de Esfinter

El control de esfínteres es un logro, una conquista que debe realizar el propio niño. El bebé viene conociendo el mundo de determinada manera y de golpe se enfrenta con la necesidad de esperar, retener, hacer  pis y caca en un lugar especial, aceptar que hay normas que cumplir para poder ingresar al mundo de la cultura y ser aceptado.
De este modo vemos que es necesario que los adultos permanezcamos abiertos y sensibles para poder mirar y ayudar a nuestros hijos a que lo logren. Mirar significa, mirarlo a él en particular, cómo está, qué hace, qué no hace, qué espero de él, cómo se siente, y a partir de allí seguramente encontrar los recursos para contenerlo, conociéndolo y aprendiendo con su aprender a tolerar los devenires de su aprendizaje de controlar.
Hoy en día los profesionales de la salud consideran que es mejor esperar hasta que el niño esté preparado, es decir, cuando sea capaz de controlar los músculos de sus esfínteres. No existe una edad definida para el aprendizaje del control, la pauta de referencia puede ayudar para facilitar este aprendizaje pero los adultos no deben empecinarse, cada cosa en el desarrollo de un niño llega a su tiempo, y el hecho de insistir,  forzar o presionarlo puede tener resultados adversos.
Los niños pueden dejar los pañales cuando están maduros para hacerlo, biológica, psicológica y afectivamente. Por lo cual se toma un período entre los 2 y 3 años como un parámetro estadístico y una referencia.  Un niño controla esfínteres, deja los pañales, cuando él retiene y deposita su pis y su caca cuándo y dónde desee y no cuando y donde le indiquen. Por lo tanto hay que esperar su propio tiempo. Es imprescindible saber que este aprendizaje debe ajustarse a las necesidades de cada niño, respetando su propio paso, y no debe ser punitivo o forzado, sino orientado hacia los aspectos positivos.
Debemos tener también presente que no influye sólo cómo es madurativamente ese niño, si no que también hay factores externos que pueden influir en este aprendizaje, como por ejemplo el nacimiento de un “hermanito”, que hace, con frecuencia, que el niño que había conseguido el control se vuelva a orinar encima, o en otras ocasiones, el hecho de empezar la escuela, la tan difícil separación de los padres, una mudanza, un viaje, etc. Cualquier cambio externo puede influir, por lo que los adultos deben ser pacientes y prevenir los acontecimientos, preparándolos y ayudándolos a poder hablar sobre estos cambios externos. Estos retrocesos son en su mayoría pasajeros y responden a la situación actual que viven el niño y su familia. Si no lo fueran los papás deberían tener una consulta con un profesional.


Motricidad Fina y Gruesa

Desde las perspectiva de la psicomotricidad, hay 2 tipos de motricidad en el niño: fina y gruesa
La motricidad fina se refiere a las acciones que implican pequeños grupos musculares de cara, manos y pies, concretamente, a las palmas de las manos, los ojos, dedos y músculos que rodean la boca. Es la coordinación entre lo que el ojo ve y las manos tocan.
Estos músculos son los que posibilitan: la coordinación ojo-mano, abrir, cerrar y mover los ojos, mover la lengua, sonreír, soplar, hacer nudos en los cordones, agarrar un objeto, recortar una figura…etc
La motricidad gruesa es aquella relativa a todas las acciones que implican grandes grupos musculares, en general, se refiere a movimientos de partes grandes del cuerpo del niño o de todo el cuerpo.
Así pues, la motricidad gruesa incluye movimientos musculares de: piernas, brazos, cabeza, abdomen y espalda. Permitiendo de este modo: subir la cabeza, gatear, incorporarse, voltear, andar, mantener el equilibrio…etc
La motricidad también abarca las habilidades del niños para moverse y desplazarse, explorar y conocer el mundo que le rodea y experimentar con todos sus sentidos (olfato, vista, gusto y tacto) para procesar y guardar la información del entorno que le rodea.
Así pues, el ámbito de la motricidad está relacionado, mayormente, con todos los movimientos que de manera coordinada realiza el niño con pequeños y grandes grupos musculares, los cuales, son realmente importantes porque permiten expresar la destreza adquirida en las otras áreas y constituyen la base fundamental para el desarrollo del área cognitiva y del lenguaje.

Concepto

La motricidad fina influye movimientos controlados y deliberados que requieren el desarrollo muscular y la madurez del sistema nervioso central. Aunque los recien nacidos pueden mover sus manos y brazos, estos movimientos son el reflejo de que su cuerpo no controla conscientemente sus movimientos . 

El desarrollo de la motricidad fina es decisivo para la habilidad de experimentación y aprendizaje sobre su entorno, consecuentemente, juega un papel central en el aumento de la inteligencia.

Características 

Los movimientos finos son: pequeños, precisos, también hacen referencia a la integración de las funciones neurológicas, esqueléticas y musculares utilizadas para hacer movimientos pequeños, precisos, coordinados (como señalar de manera precisa un objeto pequeño con un dedo en lugar de mover un brazo hacia el área en general).

Son contrarios a los movimientos gruesos (grandes, generales), Control visual, Manoteo de objetos, Agarrar objetos, Manipular objetos, Resolución de problemas.


Concepto de Atención a la Diversidad

La diversidad es una característica intrínseca de los grupos humanos, ya que cada persona tiene un modo especial de pensar, de sentir y de actuar, independientemente de que, desde el punto de vista evolutivo, existan unos patrones cognitivos, afectivos y conductuales con ciertas semejanzas. Dicha variabilidad, ligada a diferencias en las capacidades, necesidades, intereses, ritmo de maduración, condiciones socioculturales, etc., abarca un amplio espectro de situaciones, en cuyos extremos aparecen los sujetos que más se alejan de lo habitual. Frente a una visión que asocia el concepto de diversidad exclusivamente a los colectivos que tienen unas peculiaridades tales que requieren un diagnostico y una atención por parte de profesionales especializados, consideramos que en los grupos educativos existe una variabilidad natural, a la que se debe ofrecer una atención educativa de calidad a lo largo de toda la escolaridad.
Hay que tener presente, a este respecto, que la educación es un derecho básico, de carácter obligatorio recogido en la Constitución y que, por tanto, todo ciudadano debe encontrar respuesta a sus necesidades formativas, de modo que adquiera un bagaje cultural que le permita convertirse en miembro de pleno derecho de esta sociedad.
Es responsabilidad de las diferentes administraciones equiparar oportunidades, es decir, ofrecer los recursos necesarios para que todo el alumnado, independientemente de sus circunstancias personales, sociales, culturales, étnicas o cualquier otra, logre el desarrollo integral de todas sus potencialidades y forme parte de esta sociedad en continua transformación. Meter párrafo currículo sobre interculturalidad).
Por tanto, entendemos la ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD como el conjunto de acciones educativas que en un sentido amplio intentan prevenir y dar respuesta a las necesidades, temporales o permanentes, de todo el alumnado del centro y, entre ellos, a los que requieren una actuación específica derivada de factores personales o sociales relacionados con situaciones de desventaja sociocultural, de altas capacidades, de compensación lingüística, comunicación y del lenguaje o de discapacidad física, psíquica, sensorial o con trastornos graves de la personalidad, de la conducta o del desarrollo, de graves trastornos de la comunicación y del lenguaje de desajuste curricular significativo.
Hay que tener en cuenta no sólo las actuaciones programadas desde el Centro Escolar; sino, la influencia del entorno en que se mueve el alumnado. Esto lleva también a buscar el apoyo de otros sectores próximos con los que trabajar de manera coordinada y planificada. En esta línea, el contexto más próximo e influyente es el familiar, con el que es preciso establecer líneas de actuación confluentes, a lo largo de toda la enseñanza obligatoria. Hoy es muy necesario tener en cuenta los diferentes modelos de familia que nos podemos encontrar en un mismo aula y la complejidad de relaciones que estos modelos entrañan.



Escuela Inclusiva


Cuando hablamos de escuela inclusiva se suele pensar en los establecimientos destinados a niños y adolescentes con discapacidad. Pero la escuela inclusiva no se limita a esa población sino que se orienta a un grupo mucho mayor, formado por niños, adolescentes y jóvenes que por diferentes razones tienen dificultades para aprender en la escuela.
La escuela inclusiva ofrece el espacio para lograr el reconocimiento del derecho que todos tenemos a pertenecer a una comunidad, construir cultura e identidad con los otros y a educarnos en las instituciones formalmente reconocidas, cualquiera sea el medio social, la cultura, la ideología, el sexo, la etnia o situaciones personales derivadas de una discapacidad física, intelectual, sensorial o, incluso, de una sobredotación intelectual.

Cuando se habla de “inclusión” es común confundirlo con el término de “integración”. Si bien son términos muy similares, contienen una diferencia. La integración se refiere al proceso de enseñar juntos a niños con y sin n.e.e. La inclusión es una concepción mucho más profunda. La escuela inclusiva enfatiza el sentido de comunidad, para que todos tengan la sensación de pertenencia, apoyen y sean apoyados por sus pares y demás miembros de la comunidad escolar, al tiempo que se encuentran respuestas adecuadas a sus necesidades educativas especiales.

En la inclusión, el centro de atención es la transformación de la organización y la respuesta educativa de la escuela para que acoja a todos los niños y jóvenes, y tengan éxito en el aprendizaje.
El mérito de las escuelas inclusivas es que, además de ser capaces de dar una educación de calidad a todos los alumnos, se logre cambiar las actitudes de discriminación, para crear comunidades que acepten a todos, y por ende, colaboren en la construcción de una sociedad integradora.

El principio general que debe regir en las escuelas inclusivas es que todos los niños deben aprender juntos omitiendo sus dificultades y diferencias individuales, centrando su mirada en las fortalezas. Deben adaptarse a los diferentes ritmos de aprendizaje de los alumnos y garantizar una enseñanza de calidad. Los alumnos deben recibir todo el apoyo adicional necesario para garantizar una educación eficaz.

El principal reto de la integración de alumnos con n.e.e en escuelas comunes consiste en modificar las actitudes y la organización de la institución escolar en su conjunto. Esto implica cambios en todo el proyecto educativo, influyendo principalmente en:

Principios educativos y objetivos generales.
Normas de convivencia.
Planificación de la enseñanza.
Ordenación de ciclos, grupos, etc.
Organización de los recursos.
Conexiones con los servicios de apoyo.
Disposición de los espacios y su distribución.
Metodología empleada.
Criterios y métodos de evaluación.